29 sept 2010

En...

...los lugares más escondidos del ojo ajeno, donde nos encontramos con nosotros mismos, a veces aflora mi confusión.
Arrancar todo recuerdo, recuperar lo perdido, tirar a mordiscos de la memoria todo aquello que quede de ti o inflar las nubes de mis castillos en el aire de mi pensamiento.
Dejar lugar a mi fantasía, sin de nuevo conocer el terreno. Sé tanto de ti que ni miedo me da el no verte.

Y si las calles no me llegan para bailar cuando pienso que me queda menos, ni siquiera me aguanta el suelo los pasos amateur que alguna vez tentaron tu suerte, entre tus pechos.
Toda esa manera extraña y tan familiar de tono pastel pero con cuerdas para atarte, limón para tus heridas, dulce de leche para tu boca, paño frío para tu fiebre, baño caliente para tu relajación. Toda me sobra.

Aunque la lluvia me lastime. La gente me obligue a andar bajo los balcones y tropiece infinidad de ocasiones con el mismo escalón... Agarro mi almohada con morriña. Y sin venir a cuento, sin pensármelo dos veces, mutilo mi confusión, la que tanto echo de menos, porque sé. Y sonrío, para que me veas, que siempre estás ahí.

Bonobo - Hatoa

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