Tan
impaciente como necesaria, en busca de la espuma que sube, del perfecto timing
que te hizo olvidar todo lo que pasó desde aquí hasta que volviste. Como si de
una noche se tratase, soñado parece todo, el giro y la pose, besar el labio,
estar dentro de ella, correr y correr sin vuelta atrás, sin miedo de dónde
terminaré, porque será en tu fin.De cuando la providencia ya dejó de ser un
primer espada en la vida de algunos, incluso de mí, para dar, finalmente, en su
hermana de morfemas y delegarle hasta sus facultades, sus armas. Apenas usadas,
ahora caen en el olvido, el temple y la corriente del río se van a hacer cargo
del bote de mi balón, del corte de la quilla, del tobillo que comanda este tupé
acuoso.
Infinita
paciencia, danos de beber sin sal, haz de esponja los corales, que me dejo
caer. Demasiado tentadora la libertad del fluir... Y que me traigan una silla!
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